viernes, 21 de agosto de 2009

Kobe simplemente Kobe


8 de febrero de 1998, nos encontramos en la ciudad que nunca se duerme, Nueva York, un gran evento deslumbra sobre todas las luces, es el XLVIII All Star Game, que se disputo sobre el emblemático Madison Square Gardens, donde las estrellas de la liga americana rendirán tributo a los dioses del baloncesto. Entre las 24 estrellas, dos lucen mas que las otras, representan el pasado y el futuro, la experiencia contra el desparpajo, la sabiduría contra la osadía, esas dos estrellas, tenían nombre propio, Michael Jordan, “el señor de las alturas”, y el joven, Kobe Bryant, “el heredero”. ¿El resultado? El que todos imagináis, el Este se llevo el partido, y Jordan su tercer MVP.


No era la primera vez que se veían las caras, ni tampoco la ultima, pero aquel encuentro, fue el comienzo de la odisea particular de Kobe, la NBA había elegido a Bryant como sucesor, le había puesto esa etiqueta y en la cabeza del jugador, probablemente resonarían las siguientes preguntas “¿podré alguna vez superar a la leyenda? ¿Seré capaz de dominar un partido como lo hacia el 23? ¿tendré alguna vez su carisma? El tiempo dirá.

Pero volvamos mas atrás en el tiempo, mucho mas atrás, vayámonos al verano de 1978, en concreto al país del sol naciente, allí, una pareja de afroamericanos, Joe y Pam, degustaba un filete de en la ciudad pesquera de Kōbe, a esta pareja, le debió de gustar el nombre, ya que en ese momento, decidieron que su tercer hijo, y primer varón se llamara así, no es la forma mas ortodoxa de ponerle nombre a un hijo, pero nuestra historia nace aquí, y poco después, el 23 de agosto de 1978, el mundo vio nacer a Kobe Bean Bryant.


La infancia de Kobe no es comparable con la de otras estrellas actuales de la liga, mientras tipos como Iverson, McGrady, James, nacían en los guetos y vivían su infancia entre bandas, rap, penurias familiares, asesinatos y abandonos, Bryant nacía en el seno de una familia acomodada que vivía por y para el baloncesto, pues su progenitor Joe Bryant por aquel entonces comenzaba a labrarse una carrera en la NBA y mas tarde se acabaría convirtiendo en una estrella del baloncesto europeo, esto a la postre, repercutió negativamente en la imagen de Kobe, pues los aficionados de los guetos, un gran mercado dentro de la NBA, siempre lo verán, como un “pijo negro”. Kobe no había dado un paso, y ya había sufrido la primera derrota, pero no nos adelantemos tanto.


Su primer año de vida lo paso en Philadelphia, en compañía de sus padres, hermanas y abuelos, pero en la NBA no hay nada seguro, y no entiende de sentimentalismos, a la temporada siguiente, Joe es traspasado a los San Diego Clippers, y la familia Bryant dejo el tenebroso clima de Pennsylvania y se mudo al caluroso estado de California. Bajo el sol de la Costa Oeste, el pequeño Bryant comenzó a encestar sus primeras canastas, y en su tercer cumpleaños, espeto a los allí presentes, “seré una estrella de la NBA”, estaba claro, el chico no iba de farol.
En esos años que pasaron entre San Diego y Houston, él se fijo en un equipo, Los Angeles Lakers, que maravillaban al mundo de la mano de Magic Johnson, probablemente ya se fijo una meta, “yo jugare allí”.

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