Muchos opinamos, damos opiniones y puntos de vista, juzgamos, defendemos pero ninguno de nosotros ha pensado un solo momento en que piensa Pete Rose. Que pasa por su cabeza todo este tipo de cosa, como se siente, si el saber que los que abogan por el, puede ser la posibilidad en la que el se aferre para poder llegar al Hall de la fama.
Pese a las grandes ovaciones en la Serie Mundial y los gritos de "¡Pete! ¡Pete!" en Cooperstown, la expulsión de Pete Rose del beisbol sigue vigente, la fanaticada lo aclama lo quiere y exige que su castigo culmine vamos que mas que castigo es una tortura. Las negociaciones entre Rose y el comisionado ya llevan más de un año, de acuerdo con un funcionario del béisbol de alto nivel. Esas negociaciones, que se mantuvieron en secreto hasta esta semana, se volvieron un asunto público después de un encuentro entre Rose y Selig el mes pasado en Milwaukee. El hombre aprendió la lección y es hora de que se le perdone.
Se dice que ambas partes están encaminadas a llegar a un acuerdo, Selig desea que Rose reconozca haber apostado en partidos de béisbol como parte de cualquier acuerdo, y otros han presionado a Rose para que reconozca estas apuestas, como los miembros del Salón de la Fama Joe Morgan y Mike Schmidt.
Hay un hombre sensato que a dado en el clavo y que sus palabras demuestran algo lógico el ex piloto de los Yanquis de Nueva York, Joe Torre, instó a Rose a que reconozca sus errores, Ciertamente espero que pueda reunirse con Bud Selig y puedan resolver sus diferencias. Él pertenece al beisbol, y tiene mucho qué ofrece para nuestro deporte.
Desde luego que Pete merece estar en El Hall de la Fama. Olvidemos sus cuatro mil y más incogibles, número que parece inalcanzable. Recordemos solo eso que no está en los libros, como es su manera de jugar, su entrega en cada segundo de la acción, su amor por el béisbol. Ojalá Bud Selig y Don Fehr quisieran al béisbol como lo amó Pete Rose.
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