martes, 22 de diciembre de 2009

Entrevista con A-rod

Alex Rodríguez afirmó que ayudar a los Yanquis a ganar la Serie Mundial fue la emoción de su vida.
Tratándose de un jugador con un talento especial, fama, buena pinta y muchos millones de dólares en su cuenta, es lógico pensar que a sus 34 años Alex Rodríguez ha vivido las más grandes sensaciones a que un ser humano pueda aspirar.

Pero de todas, A-Rod, a menudo relacionado con afamadas actrices y cantantes, no vacila en señalar que la sensación que acaba de sentir con la Serie Mundial ganada por los Yankees de Nueva York es inigualable. Superior, incluso, a la que experimenta cuando conecta un jonrón con las bases llenas en la casa para ponerle punto final a un partido.

“Yo he dado más de 500 jonrones (583) en mi carrera y cinco o seis para acabar el juego, pero ni en fracciones eso se compara con lo que se siente cuando se gana el campeonato”, expresó el laureado antesalista de los Mulos del Bronx en rueda de prensa ofrecida en uno de los salones de la Liga de Béisbol de República Dominicana.

“Ganar el campeonato después de tanta lucha y tantos momentos difíciles me hace sentir muy feliz y orgulloso. Yo espero que en el 2010 el equipo venga con la misma hambre que entramos en el 2009”, enfatizó. Dijo que las emociones que vivió cuando los Yankees llegaron al noveno inning con ventaja de 7-3 sobre los Filis de Filadelfia y Mariano Rivera en el montículo, son indescriptibles.

“En una situación así y cuando tú tienes al señor Mariano Rivera en el box, en esos tres outs que faltan comienzas a pensar en todas las cosas que han pasado en tu carrera, en todas las luchas que ha cogido”, expresó. “No puedo describir como me sentí, fue un momento muy especial”.
Alzar el trofeo y junto a Melky Cabrera, Robinson Canó, Dámaso Marte y Tony Peña envolverse con la bandera dominicana es un momento que no olvidará jamás.

Haber ganado el anillo fue un final feliz para un película que tuvo un mal comienzo: el escándalo que se produjo en marzo cuando Sport Illustrated dio a conocer al mundo que había consumido esteroides, su posterior admisión y para rematar una operación en la cadera que le llevó a perder las primeras cinco semanas de la temporada.

Demasiado para un tipo que no había sido considerado un “Yankee” porque no producía en la postemporada ni había logrado conducir al equipo a ganar la Serie Mundial, a pesar de su condición de mejor pagado del negocio. “Uno trata de ser sincero con uno mismo y a veces mira el espejo y dices no me gusta lo que estoy viendo ahora mismo, estoy cansado de hacer el mismo error una y otra vez”, relata.

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