El toletero de los Yankees ofreció el domingo una conferencia de prensa, organizada por el Escogido Baseball Club. El mejor de estos relatos, cuenta que un día del mes de marzo, cuando la salud de Alex Rodríguez lo desafiaba, aunque con menos intensidad que un positivo de esteroides, el mejor pelotero de los últimos 20 años se paró ante un espejo y habló con Dios.
“En marzo sentí que toqué el piso y dije no me gusta lo que estoy viendo. En ese momento me conformaba con 14 (jonrones) y 50 o 60 (remolcadas) pero los planes de Díos eran 30-100”, expresó el antesalista de los Yankees de Nueva York.
Alex ofreció el domingo una conferencia de prensa, organizada por el Escogido Baseball Club, en la oficina de la Liga Dominicana de Béisbol. El antesalista de los Yankees de Nueva York admitió en febrero que utilizó esteroides durante el período 2001-2003 luego de que un trabajo del New York Times lo citó como uno de 104 peloteros que dieron positivos en las pruebas pilotos de 2004.
Luego se vio impedido de participar con el equipo dominicano en el Clásico Mundial de Béisbol por una lesión que provocó que lo operaran del labrum de la cadera en marzo. “Entonces me sentí liberado. Jugué sin tener nada que perder, con una mentalidad nueva”, admitió el pelotero más mediático de las Grandes Ligas.
Un sonado divorcio en julio de 2008, un tórrido romance con Madonna y su actual relación con Kate Hudson, junto a los libros de José Canseco y Selena Roberts, los cuales acusan al toletero de haber utilizado esteroides, han colocado a A Rod en el ojo del huracán mediático. Rodríguez resaltó ante una bateria de periodistas, la formula “mágica” que le permitió compilar 30 jonrones y 100 remolques en la pasada temporada. “No recuerdo nada parecido y no creo que vaya a pasar nunca fue algo mágico”, apuntó Alex sobre sus dos jonrones y siete remolcadas en la sexta entrada del último juego de la serie regular ante los Rayos de Tampa.
La temporada que comenzó como una pesadilla al mejor estilo de Jason y Freddy Kruger terminó con el enlace de Alex y el rincón de la gloria que le había esquivado: el campeonato de la Serie Mundial y un desempeño a la altura de su alcurnia beisbolera en la postemporada, incluida la Serie Mundial.
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