Boletas para dos personas: 10 mil dólares. Abrigo para bajas temperaturas: 150 dólares. Taxi para ir y volver del estadio: 50 dólares. Ver a los Yankees ganar la Serie Mundial en Nueva York: No tiene precio. El equipo más ganador de los deportes profesionales de Estados Unidos regresó a un lugar que ha conocido bastante en los últimos 80 años: La cima.Desde que comenzaron a esculpir su nombre en piedra en la historia del béisbol en la década del veinte, los Yankees solamente han dejado de ganar al menos un título por decenio en una oportunidad, los duros años ochentas, cuando George Steinbrenner realizó 17 cambios de managers y solamente avanzó a los playoffs una vez (1981).
Los Yankees, que desde que compraron a Babe Ruth a los Medias Rojas de Boston por una astronómica suma de 200 mil dólares (y un préstamo de otros 300 mil) en diciembre de 1919 han sido acusados de dilapidar el dinero, fueron duramente criticados el pasado invierno por invertir 423 millones en tres agentes libres (Sabathia, Teixeira y A.J. Burnett) y anunciar butacas de 2,500 dólares en su nuevo estadio de 1.5 billones.
Pero desde los entrenamientos comenzaron a mostrar sus planes. Los Yankees tuvieron marca de 24-10 en la Liga de la Toronja, 103-59 en la temporada regular y 11-4 en los playoffs para una marca general de 138-73 entre marzo y noviembre.
El excesivo glamour de los Yankees molesta a muchos, incluso a algunos de sus vecinos en la Gran Manzana, que los ven como prepotentes, mimados, altaneros y despilfarradores.
Pero hasta los más agrios críticos de los Yankees tienen que admitir que es una de las franquicias deportivas líderes en el planeta y la institución que más fielmente representa la esencia de lo que es norteamerica, una sociedad de consumo en donde los que más invierten tiene más posibilidades de generar las mayores ganancias.
Los Bombarderos del Bronx lideran el béisbol cada temporada en gastos, pero también en ganancias, y de por vida son los que más han puesto a gozar a sus fanáticos.
Mientras para los otros equipos clasificar a la postemporada, y hasta incluso solamente jugar para .500, es una hazaña, para los Yankees es un fracaso cuando no se quedan con el campeonato.
El regreso de los Yankees a la cima es un trago amargo para sus rivales, pero una de las ocurrencias más constantes que han tenido las Grandes Ligas desde que Ruth cambió su uniforme de los Medias Rojas por uno rayado de Nueva York.
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