Así son estos yankees. Son los nuevos monarcas del béisbol de grandes liga como todos ya lo saben. Han celebrado este campeonato como nunca, será porque tardaron 9 años en volverlo a ganar, o será porque el 27 es sin duda un número especial. Fue abrumador eso nadie lo duda. Conquistar su 27º campeonato, desató una fiesta tan entusiasmada entre los jugadores que parecía que se trataba de la primera vez que el equipo ganaba un Clásico de Otoño el mismo A-rod lo dijo en la antesala de la entrega del trofeo ahora a la party. Esos muchachos que están disfrutando como niños dieron el todo por el todo en el terreno de juego para convertirse en campeones y ahora lo celebran como niños.
Los Yankees se rociaron con champaña repetidamente en el camerino, gritaban bailaban saltaban en fin todo, mientras se tomaban turnos pasándose el trofeo de campeones mundiales, dando saltos, echando gritos y brincando como locos. Nueva York no dejó dudas de que quería concluir la serie con una victoria en el sexto juego.
Fue una de las mejores Series Mundiales posibles. De un lado, los campeones del año anterior, los Filis de Filadelfia, que buscaban convertirse en el primer equipo de la Liga Nacional en ganar coronas consecutivas desde que lo hicieron los Rojos de Cincinnati en 1975 y 1976.
Del otro lado, los Yankees de Nueva York, el equipo con más títulos en la historia y el único que superó el centenar de triunfos en la temporada regular, que intentaba ganar en un nuevo parque, como hizo el equipo de 1923, cuando se inauguró el viejo Yankee Stadium.
Dos conjuntos con características similares: bateadores potentes y buena defensa, aunque ambos llegaron al Clásico de Octubre, ahora de octubre-noviembre, con el pitcheo maltrecho.
Filadelfia tenía un serpentinero de confianza, el zurdo Cliff Lee, mientras que a los Yankees no les quedó más remedio que optar por una rotación de tres hombres y rezar por llegar al octavo con ventaja para darle la pelota a Mariano Rivera.
Filadelfia tenía un serpentinero de confianza, el zurdo Cliff Lee, mientras que a los Yankees no les quedó más remedio que optar por una rotación de tres hombres y rezar por llegar al octavo con ventaja para darle la pelota a Mariano Rivera.
No vale la pena contar lo que pasó, pues todos lo saben, pero sí merece destacar varios hechos que hicieron historia.
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