Felix Hernandez entiende el malestar de la afision venezolana pero promete tener una mejor temporada para que no tengan motivos de quitarle su premio. La noticia la recibió en un restaurante en Valencia junto a su agente Wilfredo Polidor, su esposa y un par de amigos, pero procuró hacerse invisible a la mirada pública: "estaba escondido", reconoce con picardía. Cada vez que le sonaba el teléfono le decían: "la llamada millonaria", porque sabía que al ganador le avisan una hora antes de oficializarlo, pero cuando nunca le llegó no perdió la calma. Luego fue donde sus padres.
Sentado en un banco frente al porche de la casa se encontraba Félix Hernández con su hijo menor en brazos. Su semblante decía que estaba desilusionado, pero jamás abatido. Es un Rey, como dice su apodo, y además es el rey de su casa. En cambio su padre, el otro Félix, no podía evitar mostrar su tristeza y, por qué no, su rabia. Al final, su muchacho iba a ganar su primer Cy Young a los 23 años, más joven que Santana cuando ganó el primero y luego de cuatro años de haber debutado en Grandes Ligas. Pero ahora esa misma juventud les da el aliento necesario para creer que será en la próxima temporada: "El año que viene sí voy a ser el Cy Young de verdad".
El pitcher criollo asegura que a él le llena más el reconocimiento de sus compatriotas y el Premio Luis Aparicio que le entregarán en Maracaibo, adonde debió llegar en la tarde pero perdió el vuelo por la expectativa del premio y prefirió esperar la noticia cerca de casa. Finalmente arribó con una comitiva de 11 personas, que lo acompañan a recibir el reconocimiento.
"Yo sé que para Venezuela el Cy Young soy yo y estoy muy agradecido por eso. Estaban más pendientes que yo. Mi país es lo que vale, para mí es un honor poner en alto la Bandera de Venezuela", confiesa mientras que la idea de haberle robado protagonismo al Caracas-Magallanes le causa risa.
El pitcher criollo asegura que a él le llena más el reconocimiento de sus compatriotas y el Premio Luis Aparicio que le entregarán en Maracaibo, adonde debió llegar en la tarde pero perdió el vuelo por la expectativa del premio y prefirió esperar la noticia cerca de casa. Finalmente arribó con una comitiva de 11 personas, que lo acompañan a recibir el reconocimiento.
"Yo sé que para Venezuela el Cy Young soy yo y estoy muy agradecido por eso. Estaban más pendientes que yo. Mi país es lo que vale, para mí es un honor poner en alto la Bandera de Venezuela", confiesa mientras que la idea de haberle robado protagonismo al Caracas-Magallanes le causa risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario