viernes, 22 de enero de 2010

123 Chávez tas ponchao

Sin duda la mas signifícasete del juego fue ver como nuevamente la política se mezclo con lo deportivo y la creatividad de los jóvenes venezolanos y la sociedad en demostrar su descontento con el actual jefe de gobierno. El método de los estudiantes fue distinto, esta vez. En lugar de colgar largas frases de papel, ingresaron al parque un mensaje letra a letra. Y entonces, como si se tratara de un juego, fueron sacándolas una a una, formando un nuevo lema como si de un rompecabezas se tratara: "Tas ponchao".No bastaban mayores alusiones. La tribuna principal del José Bernardo Pérez entonó de inmediato el coro complementario: "Un, dos, tres, Chávez tas ponchao", una y otra vez, desde la mitad del encuentro hasta prácticamente el último episodio.
El punto culminante ocurrió cuando los protagonistas de la protesta se ubicaron detrás del home, para forzar a los directores de televisión a ponerles al aire con cada pitcheo. Una a una, fueron alzando sus letras, hasta proclamar en transmisión nacional e internacional -ESPN transmitió para Estados Unidos- la queja antes sofocada en contra de la inseguridad y los cortes de agua y luz.


La policía y la Guardia Nacional nada hicieron esta vez. Ningún apellido fue citado por los estudiantes, aunque los gritos de los asistentes se encargaron de ponerle remitente al desafío del parque valenciano ¡TAS' PONCHAO! La genial pancarta sorpresivamente aparecida en el estadio José Bernardo Pérez, en Valencia, está reflejándole a Venezuela, en un año electoral, la exacerbación que el país experimenta ante los desatinos acumulados por el presidente Chávez llevándole su popularidad de antaño a la bancarrota. "Tas' ponchao" significa el contundente rechazo de las masas -y no de la oligarquía- que sacude recónditamente a la Nación, desde la Gran Sabana a Paraguaná, desde Margarita hasta San Antonio del Táchira y desde la Guajira a la península de Araya.

Ni el irrisorio aumento salarial dividido en dos etapas, la segunda en víspera del proceso parlamentario, como peor todavía el drama de la energía eléctrica y la espantosa escasez de agua, podrán salvar al socialismo chavista del vaporón que experimentarán en septiembre. El pírrico aumento salarial anunciado por Chávez no reventará la indignación que acogota a los millones de votantes por sabedores estos de que, de producirse la desgracia de un éxito oficialista, estarán circunscribiendo su epitafio a perpetuidad. Así de sencillo.

Para nadie es un secreto el enriquecimiento del Gobierno a través de la devaluación, tardíamente procesada, pero maquiavélicamente concebida en el año electoral. Será la hora del estallido electoral, del pase de factura que cobre la permanente vejación que los complejos sociales de Chávez le han permitido, impunemente y en complicidad del equipo gubernamental, civil y militar, más indignante que Venezuela recuerde. ¡Tas' Ponchao! Más ingenioso imposible el sentir popular.



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