Cibeles se puso guapa

 La diosa Cibeles anoche se puso guapa para recibir a un Real Madrid campeon de la copa del Rey la ocacion lo amerita pues 18 años han pasado desde la ultima vez que la diosa celebro esa copa con el conjunto Merengue. El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, ha sido el encargado de coronar a la Diosa Cibeles y ha provocado el éxtasis de los miles de aficionados del Real Madrid congregados en la mítica plaza madrileña, donde los blancos no acudían desde el verano de 2008. El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, ha sido el encargado de coronar a la Diosa Cibeles y ha provocado el éxtasis de los miles de aficionados madridistas, a las 4.35 horas, ascendió a la pasarela preparada para la ocasión, besó a la Diosa , le colocó una bandera de España con el escudo del Real Madrid y también  conmimo arropó a la Cibeles con una bufanda madridista.

La fuente de Cibeles recuperó anoche el magnetismo de las jornadas de gloria y atrajo a su alrededor a más de 50.000 aficionados eufóricos que se adentraron en la madrugada para celebrar la 18ª Copa del Rey del Real Madrid y agasajar a sus héroes recién llegados de Valencia. Una espera bajo la lluvia intermitente que concluyó a las cuatro y veinte de la mañana, cuando el autobús descapotable emergió con los jugadores en la cubierta. Una aparición algo accidentada, pues el trofeo se le cayó de las manos a Sergio Ramos y fue a parar bajo las ruedas del autocar.

La estatua reinaba desde entonces en el templo del éxito. Hasta él acudieron miles de peregrinos, para ofrecerle un trofeo y ataviar a la estatua con esas prendas de gala y esos colores de la gloria merengue que tanto echaba de menos: el blanco, y el rojo y gualda. Pero esa infinidad de fieles también fue a venerar a otros semidioses. La diosa Cibeles ya estaba a esa hora con un doble vallado, para impedir el acceso de los seguidores, y con un fuerte dispositivo policial, formada por unos 300 agentes, que llevaban puestos los chalecos y los cascos colocados en la cintura. 

La diosa vio la alegría en muy distintas formas, en mil rostros, en casi todas sus expresiones; aunque quizás echó de menos, al igual que muchos madridistas a Raúl.