¿Qué significa ser periodista en Venezuela?
Asumir la responsabilidad de ser periodista siempre ha sido una tarea titánica que implica un desafío dialéctico… hay dos caminos para el que asume la profesión de periodista: incorporarse a un oficio que abre muchas puertas al ascenso social y el mejoramiento económico, tantas como capacidad se demuestre para desprenderse la propia cabeza y colocarla en el escritorio del jefe o del propietario, mejor si de ambos a Editar publicaciónl a la vez; o sumergirse en la investigación de la realidad, asumir el mandato de la comunicación que es hacer común las cosas: los sueños, las luchas, las aspiraciones, las necesidades y hasta los bienes y comprometerse con el progreso de la sociedad en sus más profundas expresiones.
Ser periodista, hoy como ayer, significa fajarse para ganarse una parte del espacio que los poderosos administran, para ofrendarlo en el altar de la búsqueda de la verdad, deshaciendo entuertos, rechazando exclusiones y tratando de recoger todas las voces del concierto social.
Asumir la responsabilidad de ser periodista siempre ha sido una tarea titánica que implica un desafío dialéctico entre el individuo y el director; entre el profesional y el empresario; y al mismo tiempo trazar los hilos de la convivencia y el entendimiento entre los respectivos intereses. Sobre todo en la medida en que el periodismo se industrializó y se fue haciendo transnacional, demandando cada vez más recursos tecnológicos y, por supuesto, más capital.
En los ochenta, el terreno periodístico era todavía propiedad de los periódicos,la televisión y la radio y no había trabas ni hipotecas…Todavía había por todas partes del mundo diarios innovadores que rendían culto a la independencia y la libertad.
Ser periodista, hoy como ayer, significa fajarse para ganarse una parte del espacio que los poderosos administran, para ofrendarlo en el altar de la búsqueda de la verdad, deshaciendo entuertos, rechazando exclusiones y tratando de recoger todas las voces del concierto social.
Asumir la responsabilidad de ser periodista siempre ha sido una tarea titánica que implica un desafío dialéctico entre el individuo y el director; entre el profesional y el empresario; y al mismo tiempo trazar los hilos de la convivencia y el entendimiento entre los respectivos intereses. Sobre todo en la medida en que el periodismo se industrializó y se fue haciendo transnacional, demandando cada vez más recursos tecnológicos y, por supuesto, más capital.
En los ochenta, el terreno periodístico era todavía propiedad de los periódicos,la televisión y la radio y no había trabas ni hipotecas…Todavía había por todas partes del mundo diarios innovadores que rendían culto a la independencia y la libertad.
Hace un par de décadas ser periodista en nuestros medios latinoamericanos era batirse a diario con la paz. hoy aqui en el país se bate con el autoritarismo y la dominación militarista, caudillista y criminal, en reclamo de libertad, de derechos políticos y sindicales, hasta el grado de sacrificar las propias reivindicaciones, privilegiando la alianza con los de afuera para defendernos del Estado impostor y criminal de la seguridad de nuestras letras y persona…
El periodismo sigue siendo una profesión de grandes riesgos. En América Latina hay un rastro inmenso de sangre derramada por los comunicadores que asumen su responsabilidad, en medio de las confrontaciones calientes de la llamada guerra a la oligarquía comunicacional.Y en este país, ni se diga, qué ingrato se ha puesto nuestro rol !
El periodismo sigue siendo una profesión de grandes riesgos en muchas partes del mundo…
En un artículo del filósofo y periodista catalán Ignacio Ramonet pasa revista a la situación de la prensa mundial para concluir en que los medios de comunicación atraviesan por una profunda crisis, con desaparición de muchos periódicos, reducción de su circulación y concentración en manos de grandes conglomerados empresariales transnacionales. En Europa, como en Asia, en Estados Unidos como en América Latina. Se trata de grupos financieros e industriales que “controlan el poder económico y que están en connivencia con el poder político”… Pero hoy, los tiempos han cambiado, es hoy una gorra imprudente quien nos quiere amilanar y obligarnos a realizar letras como himno nacional…
Ramonet llega a proclamar que vivimos la “era de la inseguridad informativa”, y sostiene que “cada vez más ciudadanos toman conciencia de esos nuevos peligros y se muestran muy sensibles respecto de las manipulaciones mediáticas, convencidos de que en nuestras sociedades hipermediatizadas, vivimos paradójicamente en estado de inseguridad informativa. La información prolifera, pero sin ninguna garantía de fiabilidad. Asistimos al triunfo del periodismo de especulación y de espectáculo, en detrimento del periodismo de información.
La puesta en escena predomina sobre la verificación de los hechos. Como se puede apreciar, los periodistas de todo el mundo están ante enormes desafíos a su creatividad y capacidad para sobrevivir con cierto grado de libertad en medio de una dominación cada vez más acentuada. Ser periodista significa, entonces, una continua tensión para defender los pequeños espacios ganados que van siendo incorporados a un inmenso latifundio comunicativo universal.
¿Qué significa ser periodista en Venezuela? Entre viejos comunicadores va creciendo la convicción de que el periodismo venezolano atraviesa por una de las situaciones más críticas de su etapa tuerta que se iniciara con la decapitación de la libertad y nuestra esencia con la aparición de un ser sin oficio verdadero, Hugo Chávez, 1998.
El periodismo en Venezuela marca la diferencia entre dictadura,gobierno y la verdadera esencia de la verdad…Durante varias décadas nuestro rol fue asombrosamente libre. Tanto que marca la diferencia entre dictadura y gobierno autocrático durante este régimen de 10 años, cuando casi todas las demás libertades y derechos están reduciéndose hasta el grado de la desaparición…
Repito: ¿Qué significa ser periodista hoy en Venezuela? Eso depende del valor de cada quien en el mercado laboral. Para los que ya vamos en la pendiente resbaladiza de los años, es cuestión de capacidad de maniobra y negociación para mantener los espacios libertarios conquistados durante décadas de trabajo. El cuadro es menos auspicioso para las nuevas generaciones, para los que emergen. A ellos les costará mucho más esfuerzo, templanza y valor ejercer el periodismo con grados significativos de libertad, para lo cual tendrán que esmerarse en una amplia y profunda formación.
Por supuesto, estoy hablando de ser periodista de verdad. Porque los mercantiles de esta profesión no tendrán demasiado problemas (EL ESTADO). Es más, ahora ganan más principalía y tendrán mejores oportunidades, en la misma medida en que se quiten la cabeza y la coloquen en la mesa de los intereses que ellos mismos controlan y no permitan ser de nosotros , la verdadera esencia. Es cuestión de dejarse y por lo visto, amén de todo, no hemos permitido que liberen a sus anchas el espacio creado con versatilidad de quienes hacemos en este momento histórico, una verdadera labor en comunicación…
Hablo de que ser periodista es ser comunicador, y que comunicar es servir al interés de la comunidad, de la sociedad, sin exclusiones ni complicidades, reivindicando la multiplicidad de voces, la pluralidad, la universalidad del derecho a la libertad, a la justicia, a la vida.
Ser periodista hoy como ayer es coherencia en la búsqueda del bienestar de toda la colectividad, aunque para ello haya que sacrificar el bienestar individual y hasta la seguridad personal y familiar.
Cada vez es mas complicado ser un verdadero representante de y cumplidor del significado de la palabra periodista en una Venezuela en el que todo es roja imagen, soborno y donde la voz autócrata pretende acallar las voces de la justicia.
Es necesario tomar conciencia no para reflexionar sino para crear movimientos que sean capaces de defender el derecho a la libre expresion y el derecho a la informacion que hace mucho ha dejado de existir dentro de su sentido honesto.
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